viernes, 28 de noviembre de 2014

Masa Brisa


La Masa Brisa tiene un rico sabor a mantequilla y una textura granulosa y crujiente. Su uso es ideal tanto para recetas dulces como saladas, en quiches y tartaletas. Una vez hecha y envuelta en plástico, la masa puede aguantar en el frigorífico varios días, e incluso puedes almacenarla en el congelador durante un mes. Para la descongelación es mejor dejarla en el frigorífico unas horas antes de usarla.
 
Esta masa solo contiene cinco ingredientes (harina, mantequilla, azúcar, sal y agua) y aunque se puede hacer a mano, siempre es mejor utilizar un robot de cocina para conseguir que se integren bien los ingredientes, y además es más rápido.
 
Las cantidades empleadas en esta receta dan como resultado una masa suficiente para dos bases de tarta de unos 23 cm de diámetro. Puedes dividirla en dos y almacenar una de las porciones para otra ocasión.
 
Masa Brisa
 
Ingredientes
 
2+1/2 taza harina (350 g)
1 taza mantequilla sin sal, muy fría (226 g)
1 cucharada azúcar blanco granulado (14 g)
1 cucharadita sal (4 g)
1/4 - 1/2 taza agua con hielo (60-120 ml)
 
 
 
 
Elaboración de la Masa Brisa
 
En el recipiente del robot ponemos la harina, la sal y el azúcar, y mezclamos bien. Añadimos la mantequilla cortada en trocitos y pulsamos durante unos segundos el botón del robot de manera intermitente hasta que visualmente parezcan granos de harina. No hay que preocuparse si se observan trozos grandes de mantequilla en la harina. Pueden suceder dos cosas. Si mezclamos demasiado la mantequilla con la harina, esta mezcla no podrá absorber bien el agua lo que provocará que la masa sea frágil y se rompa fácilmente. Por el contrario, si no mezclamos lo suficiente la mantequilla con la harina, necesitaremos más agua de la necesaria para unir los ingredientes y la masa será más dura por haberse formado demasiado gluten.
 
 
A continuación se necesitan entre 60 y 120 ml de agua muy fría para unir los ingredientes, así que la añadiremos gradualmente. Primero 1/4 taza y lo mezclamos con el robot. La masa está lista cuando queda en grumos y al coger uno de los grumos y apretarlo entre los dedos se mantiene unida, si no es así añadimos una o dos cucharadas de agua y volvemos a mezclar hasta obtener la textura que buscamos.
 
 
Volcamos la masa en una superficie de trabajo, previamente enharinada, y la trabajamos hasta formar una bola. Dividimos la bola en dos y aplanamos cada mitad con la mano o con el rodillo hasta formar dos círculos de unos 12-15 cm de diámetro. Envolvemos cada uno en papel film y refrigeramos hasta que la masa esté firme, como mínimo una hora, o también podemos congelar el que no vayamos a utilizar. El refrigerado permite que el gluten en la harina repose y se endurezca para que la masa sea fácil de manejar, que no se pegue y como resultado obtengamos una base granulosa y crujiente.
 
 
Cogemos uno de los discos de masa y sobre una superficie de trabajo enharinada y con la ayuda de un rodillo, extendemos la masa hasta formar un círculo que quepa en un recipiente de unos 20-23 cm de diámetro. Para evitar que la masa se pegue a la superficie de trabajo, vamos levantando y girando mientras la estiramos con el rodillo, siempre desde el centro hacia fuera para conseguir un espesor uniforme. Para asegurarnos de que el tamaño es el adecuado para nuestro recipiente, ponemos este encima, la masa debería sobresalir de 2  a 3 cm.
 
Una vez tenemos la medida deseada, sobre el rodillo enrollamos con cuidado la masa, eliminando el exceso de harina, y lo desenrollamos encima del molde. Acoplamos la masa presionando poco a poco, y si nuestro molde tiene el borde liso, podemos hacer la forma ondulada con los dedos, como se ve en la foto. La masa ya está lista para ser usada. La cubrimos con film y refrigeramos durante media hora antes de incorporar el relleno.
 
 
 
 


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