Llega el verano y con
él las frutas típicas de temporada que no podemos encontrar el resto del año. Ahora
mismo las cerezas inundan los mercados con su brillante color y se convierten
en la fruta favorita de todos, pero por poco tiempo, ya que solo podemos
disfrutar de ellas unas pocas semanas.
Hoy vamos a hacer
mermelada de Cerezas, así podremos disfrutar de esta fruta el resto del año. Si
queremos una mermelada de cerezas que realmente sepa a cereza, tiene que ser
casera, ya que los fabricantes de mermeladas acostumbran a utilizar cantidades
exageradas de azúcar que lo único que consiguen es eliminar el sabor de la
cereza. Además en tandas más pequeñas conseguimos reducir el tiempo de cocción
y así mantenemos el auténtico sabor de la cereza en la mermelada.
Las cerezas están
llenas de antioxidantes que ayudan a reducir y prevenir enfermedades cardíacas
y cáncer, a reducir la inflamación y los síntomas de la artritis y la gota y a
regular los ciclos de sueño del cuerpo. Sus propiedades antioxidantes capaces
de neutralizar los radicales libres que son los principales responsables de la
aparición de muchas enfermedades degenerativas como el Alzheimer.
Se ha considerado
desde siempre como una de las mejores frutas para depurar el organismo y
liberarlo de toxinas.
Muy aconsejadas para
el dolor de tendones y músculos que sufren, por sobrecarga, los corredores y
atletas tras los entrenamientos. Además son excelente fuente de beta-caroteno
(esencial para el organismo) y ricas en vitaminas C, E, potasio, magnesio,
ácido fólico y también fuente de fibra que es importante para la salud
digestiva.
Al contrario de la
opinión popular, las cerezas no engordan ya que su contenido en azúcar no es
elevado. Además mejoran la piel, las uñas y el cabello, y ayudan a combatir la
celulitis y los síntomas de la menopausia.
Como podéis ver son
una maravilla no solo por sus propiedades médicas sino también estéticas. Así
que os animo a preparar esta receta en casa o también podéis comprarla a Sasha Dulces que la
hace riquísima.
Mermelada de Cerezas
Ingredientes
Elaboración de la Mermelada de Cerezas
Lo primero que haremos
es lavar bien las cerezas, les quitamos el rabito y las deshuesamos.
Ponemos las cerezas
limpias y deshuesadas en un cazo, añadimos el azúcar y el zumo de limón, removemos
bien y dejamos macerar unas dos horas para que las cerezas saquen todo su jugo.
La cantidad de azúcar
puede variar según los gustos pero, puesto que este ingrediente es básico para
su conservación, cuanta menor sea la cantidad de azúcar, menos tiempo se
conservará la mermelada.
Cocemos las cerezas, a
fuego lento, y dejamos reducir el jugo que han soltado hasta que la mermelada resultante haya reducido
aproximadamente ¾ su volumen inicial. La cereza es una fruta con un nivel de
pectina bajo, por lo que no llega a espesar como otras mermeladas. A mí me
gusta que quede así, pero si os gusta más espesa podéis añadir la piel de una
manzana y retirarla antes del envasado. Y si queréis que no se aprecien los
trozos de cereza, podéis triturarla.
Mientras se cuecen las
cerezas podemos esterilizar los tarros de cristal y sus tapas. Los meteremos en
una olla a cocer en agua hirviendo unos 10 – 15 minutos. Al hervir el agua, los
tarros chocan contra el fondo de la olla, un truco para solucionar esto es
colocar un trapo de cocina en el fondo de la olla para amortiguar el golpe.
Después los sacamos y los dejamos secar sobre un paño seco y limpio antes de
introducir la mermelada.
Vertemos la mermelada en
los frascos, ya esterilizados, cerramos al máximo y los ponemos boca abajo
hasta que se enfríe por completo, por lo menos 12 horas boca abajo. Al meter la
mermelada muy caliente en los tarros, con este proceso lo que conseguimos es
que se conserve al vacío y así aguante más tiempo.
El resultado es una
mermelada casera con un sabor y textura increíble y que mantiene el genuino
sabor de la cereza. Os va a encantar.
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