Las galletas son siempre el acompañamiento perfecto en desayunos y meriendas. Surgieron en América de forma accidental cuando ponían trocitos de masa de pastel en el horno para probar su temperatura. A estas pruebas las llamaron "koejke" que en holandés significa "pequeño pastel" y la palabra fue derivando hasta llamarse "cookie". Fueron evolucionando y ya en la Edad Media aparecieron varios tipos de galletas. Desde entonces son cada vez más variadas, ya sean dulces o saladas.
Estos deliciosos bocados son ideales a la hora del té o del café. Y si te gustan las clásicas galletas napolitanas, o simplemente os encanta la canela, la receta de hoy os sorprenderá por lo rica y sencilla que es. Galletas con un intenso y delicado sabor a canela y mantequilla.
Galletas de Canela
Ingredientes
1 huevo
100 g mantequilla (temperatura ambiente)
100 g azúcar
250 g harina
2 cucharaditas de canela
1 cucharadita de levadura en polvo
azúcar y canela para rebozar
Elaboración de las Galletas de Canela
Lo primero que haremos es precalentar el horno a 180º, con la rejilla justo en el centro, mientras preparamos la masa.
En un bol, batimos la mantequilla a punto de pomada. Añadimos el azúcar y batimos (durante 2 minutos aproximadamente) hasta obtener una mezcla suave y cremosa. Añadimos el huevo y batimos bien, junto con la canela, asegurándonos de que queda todo bien integrado antes de continuar.
Tamizamos la harina con la levadura y se lo vamos añadiendo poco a poco a la mezcla de mantequilla y huevo hasta obtener una masa suave pero manejable, si es necesario añadiremos un poco de harina para obtener una consistencia manejable, dependiendo de la temperatura y la humedad del lugar.
Hacemos una bola con la masa, la cubrimos con papel film y la dejamos enfriar en la nevera.
Transcurrida media hora, sacamos la masa de la nevera y la estiramos, con la ayuda de un rodillo, sobre una hoja de papel de hornear y cortamos con el cortapastas que más nos guste, yo he utilizado uno rectangular con los bordes ondulados.
En una bandeja y sobre papel de horno, colocamos las galletas y ya están listas para hornear. Si hace mucho calor y la masa se ha vuelto muy blanda, es conveniente meterlas un ratito en la nevera de nuevo hasta que vuelvan a endurecer.
Horneamos a 180º durante unos 15 minutos, o cuando veamos que ya han adquirido un tono dorado pero sin tostarlas demasiado. Retiramos del horno, rebozamos en azúcar y canela al gusto y dejamos enfriar sobre una rejilla.
Solo con el aroma que desprenden al salir del horno te entran ganas de comértelas sin esperar a que se enfríen. Espero que disfrutéis mucho con estas galletas que son una delicia, muy ricas y sencillas de preparar.